Dragomed Garden. La ejecución del proyecto

Una entrega más sobre el proyecto Dragomed Garden... donde describimos su fase final y Gabino Carballo comparte con nosotros su percepción de la sociedad japonesa tras trabajar con ellos:

"Además de aprender a respetar la dinámica de grupo y la visión del resto del equipo, también aprendimos a ser elipticos: las ordenes directas generaban sorpresa, y hasta rechazo, pero las preguntas se tomaban como instrucciones. Los operarios eran capaces de pasar de meros ejecutores a directores, de un momento a otro: los japoneses trabajan duro, asumiendo muchísima responsabilidad personal por la calidad del trabajo que ejecutan porque se espera mucho de ellos; el equipo les protege de la culpabilización individual y el responsable debe delegar muchas decisiones al nivel más bajo: de alguna manera, el que sabe y trabaja, manda en el momento en que toca hacer".

La decisión de confiar en el contratista, Akihito Koga, fue llevada a cabo teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba el equipo. 'Decisión contraria escogió mi amigo Richard Miers, impuso su criterio individual, el resultado fue que cuanto más se enconaba él, más se paralizaba su proyecto. Su contratista era amigo del nuestro, así que algunos de los problemas de nuestro jardín parecían contagiados de los de Richard, cosa que solo se podía atajar utilizando un tono diferente'.

El Sr. Koga era un jardinero con formación universitaria y con proyectos de altísima calidad a su espalda. Resultó que competía en la categoría de 'Jardines Fantasía' con su propio proyecto, es decir que también era diseñador. Además sus resultados y los míos estaban unidos ya que los diseñadores compiten junto a sus contratistas, y el Sr Koga querría algún día competir como diseñador en la categoría estrella de 'Jardín de Exposición'. 'Decidí que era improbable que dejase caer el proyecto si dejaba en sus manos ciertas decisiones ejecutivas. Es decir, que fue un riesgo calculado'. Confiesa Gabino.

Fotografía de Jeremy Parton
Por otra parte, tanto la intérprete como los profesionales japoneses que asistían al equipo les dejaron claro sutil pero persistentemente, que en Japón 'el equipo lo es todo'. Por esta razón intentar imponer un criterio, evaluar el trabajo de otros o rechazar las ofertas de cambios o modificaciones generaban un fortísimo rechazo entre las personas implicadas, porque sencillamente, era de malísima educación. De hecho, cualquier crítica al trabajo individual de los jardineros generaba la paralización general de la obra'. Gabino me comenta que cuando no era posible resolver un desacuerdo, pero era necesario avanzar, les sacaban de la obra con alguna excusa, y al regresar 'el problema' estaba ejecutado, de manera anónima... 'y nos tocaba decidir si nos peleábamos por ello o no' se lamentaba Gabino.

Pero al fin, una vez que se pudo llegar a un nivel de entendimiento mutuo la obra comenzó a desarrollarse a gran velocidad. 'A Nuno y a mi se nos consultaban detalles y temas concretos, pero hubo aspectos sobre lo que nunca se nos preguntó y que sin embargo se resolvieron de manera excelente para sorpresa de ambos'.

Fotografía de Jeremy Parton
Según Gabino los japoneses son eminentemente prácticos, observadores, precisos y grandes "copiadores": 'Si uno quiere algo bien hecho, lo que tiene que hacer es dar ejemplo ejecutándolo tal y como lo quiere, para que el resto del equipo tenga una referencia. Si les gusta y les parece correcto, lo copian e incluso lo mejoran. Si no les gusta... ¡implementan su propia solución!. Como ejemplo de esto último, en un debate sobre como rematar el detalle del "grotto" en el patio comentaron: hazlo tu a ver que tal. Después de cuatro horas pinchándome los dedos con alambre de acero, malla de gallinero y similar, mientras me observaban a cierta distancia, me dijeron que estaba muy bien pero que lo iban a hacer a su manera. Que fue increíble por cierto'.


Fotografía de Jeremy Parton

Me comenta Gabino que otra característica de Japón es su sociedad jerarquizada, muy protocolaria, con niveles de lenguaje que se adaptan a la posición social de cada persona. Sin embargo, añade: 'todo el mundo hace de todo, hasta las tareas más humildes, como recoger restos de obra y es muy difícil distinguir al "jefe" del resto de los trabajadores a simple vistaLa jerarquía se establece a niveles extraños para nosotros: durante la recepción posterior a los premios, uno de los organizadores del evento me pidió que le consiguiese una copa, ya que él no podía ser visto cogiendo una por su cuenta: hacer tal cosa implicaría que no se estaba respetando su posición y él estaría insultando a sus superiores, al dejar claro públicamente que no se le atendía como era debido. Lejos de enfadarse y buscar a un camarero para echarle la bronca (cosa que he visto hacer en países no muy remotos al nuestro), buscó una solución practica: pedirle a alguien fuera de la jerarquía que le trajese una copa. Cosa que hice, entusiasmando por la explicación, por cierto'.

Terminó esta entrevista con Carballo con dos reflexiones: 'Creo que la próxima vez que veáis uno de esos séquitos que van en visita de obra, donde hay doce personas siguiendo al "gran líder/lideresa" de turno, mientras observan a un par de trabajadores deslomados cavando una zanja, entenderéis el origen de algunos de nuestros problemas actuales...'



"Realmente, durante esta experiencia, hubo un momento en el que nos dimos cuenta de que estábamos en el otro lado del mundo y que uno no puede pretender hacer las cosas como en casa, ni que las cosas sean lo mismo que en casa".

Ya queda muy poco para terminar los artículos dedicados a Dragomed Garden, espero que como yo, esteis disfrutando de la experiencia a través de Gabino. Ya sabéis que podéis seguir Paisajes Reales en Twitter () o en la página de Facebook.


Gabino dijo...

De nuevo Sandra, gracias por tu denodado esfuerzo de edición.

Gabino

Sandra Donaire dijo...

Gracias a ti Gabino, por confiar en Paisajes Reales para la difusión de vuestro trabajo.

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